LA AUTOESTIMA Y LA CALIDAD DE TUS RELACIONES
LA AUTOESTIMA Y LA CALIDAD DE TUS RELACIONES
¿Cómo eres en tus
relaciones? ¿Te dejas amar o crees que es algo demasiado bueno para ti? ¿Pones
límites, afrontas las situaciones, o acatas las decisiones de tu pareja sin
discusión? ¿Confías en tu pareja o crees que tarde o temprano te será infiel?
¿Confías en que esta vez irá bien, o siempre te preparas para el inexorable
final del amor?
La persona con la que
más convives durante toda tu vida eres tú. Nuestra más importante relación
es con nosotros mismos, y, paradójicamente, la convivencia con nosotros mismos
es la relación a la que menos tiempo y esfuerzo dedicamos, la que menos tomamos
en serio y la que más posponemos indefinidamente.
Solamente alguien que
posee una correcta autoestima es capaz de dar amor, respeto, tiempo y atención
a si mismo y a otras personas. Solamente aquellos emocionalmente sanos
transitan relaciones positivas, aprenden a capitalizar los errores y asumir las
culpas correspondientes sin excesos. En cambio, aquellos que parecen estar en
estado de permanente conflicto, repiten los errores una y otra vez y se llenan
de culpas son, a menudo, emocionalmente inestables.
Sin autoestima,
cualquier relación está condenada a una agonía temprana. Veamos algunas
reflexiones que repasan creencias ciertamente erróneas, pero que se
conciben desde la falta de amor propio.
“No merezco ser
amado.”
Tal vez, una de las
barreras más grandes en el éxito de las relaciones es el profundo sentimiento
de que uno desarrolla de no merecer ser amado y cuando esta creencia
se desarrolla, es limitante para crear una relación saludable. Recién cuando
logremos amarnos a nosotros mismos completamente, estaremos en condiciones de
aceptar el amor de la otra persona.El primer amor debe ser el amor propio.
“Si me respetan, entonces
soy respetable.”
Creemos erróneamente
que si tan sólo los demás nos respetaran, entonces nosotros seríamos capaces de
respetarnos a nosotros mismos, convirtiendo la admiración y los elogios de
otros en la construcción de nuestro amor propio. ¿No es absurdo que
nuestra valoración personal esté puesta a merced de la opinión ajena?
Es natural ser
conciliador, querer agradar y gustar, pero no es normal volvernos hacia el
mundo buscando desesperadamente la aprobación de todos. No podemos depender
únicamente de que el otro nos quiera, de cuánto nos quiera y de cómo nos
quiera, porque esa dependencia crónica nunca cubrirá nuestras expectativas y no
hará más que mantenernos en un estado de completa insatisfacción.
“Sólo si recibo estoy
en condiciones de dar.“
El ciclo de dar y
recibir crea la unión perfecta. Pero este principio se rige por un orden
bidireccional y primario: dar para recibir, y no al
revés. Efectivamente, si cuando recibimos lo hacemos en un intento de
llenar las carencias propias, entonces toda la relación será efímera y se
construirá sobre bases movedizas.Experimentaremos algo así como un sube y baja
emocional que nos llevará desde el éxtasis hasta la frustración, de manera
constante y violenta. Este comportamiento no hace más que alejar al otro y
nos agota emocional, espiritual y físicamente.
“Siempre me pasa lo
mismo.”
Como observadores, los
vemos siempre comenzando relaciones nuevas, maravillosas y con condimentos
apasionantes; sin embargo, al poco tiempo, los finales son similares. Ciertamente,
en el fondo no están haciendo otra cosa que no sea más de lo mismo, repitiendo
cíclicamente las historias aunque cambiando los personajes.
Si cometemos una y
otra vez el mismo error; si consentimos por miedo al abandono; si acabamos
siempre con personas que tienen malos tratos; si perdonamos infidelidades a
cualquier precio; o si nos mimetizamos con la personalidad del otro como si
lleváramos veinte años a su lado -cuando en realidad sólo llevamos 20
días-, lo más probable es que siempre estemos haciendo equilibrio en
la cornisa de un final dramático e ineludible.
Si no somos capaces de
generar sentimientos de aceptación y amor hacia nosotros mismos, seguiremos
estableciendo relaciones vulnerables.
Comentarios
Publicar un comentario